HISTORIA
“Las grandes cosas tienen pequeños comienzos…”
En 1881, en Ambato, la cuna de los tres Juanes, brilla una nueva luz en la cultura de la ciudad, con la llegada de las Hermanas de “La Providencia”, se construye un nuevo templo del saber mediante el funcionamiento de la Pre-Primaria y la Primaria.En 1919 en la Quinta de Miraflores, se mantiene una escuela gratuita regentada por las Hermanas de La Providencia. Aquí se estaría gestando el futuro de nuestra Institución, el Colegio de La Inmaculada; con razón hoy decimos “El Granito de mostaza creció y hoy está dando fruto abundante.”En 1941, la sociedad ambateña, deseosa de seguir beneficiándose de la educación en principios y valores humano-cristianos,-como lo saben hacer las Hermanas de La Providencia, insignes educadoras-, solicita al Ministerio de Educación, la apertura de la sección secundaria.El 4 de octubre de 1941 con Resolución N° 218, se autoriza fundar el Colegio de La Providencia que seguirá funcionando en las mismas instalaciones del centro de la ciudad.Como el espacio físico se hace cada vez más pequeño por la creciente demanda del alumnado, se busca un albergue más amplio. En 1963, con la Benemérita Madre María Benigna, educadora por excelencia, se traslada el Colegio de la Providencia a la Quinta de Miraflores. En ese mismo año se solicita el cambio de nombre del Colegio y, mediante Resolución Ministerial N° 667, se autoriza dicho cambio. Desde entonces se llama Colegio de La Inmaculada, así se inmortaliza el ideal de su Fundadora: Dar una educación integral a la mujer ambateña en un campo más amplio en donde la ciencia y la virtud florezcan entre huertos y jardines, y a la ribera del río Ambato.Desde entonces, año tras año en respuesta de las necesidades de la sociedad ambateña la Congregación de las Hermanas de la Providencia y la Comunidad Educativa del Colegio de La Inmaculada han ido forjando mujeres de gran valía en los varios campos del trabajo profesional: político, económico, cultural, artístico, técnico, con trascendencia dentro y fuera del país sobre todo, hemos preparado cristianas comprometidas, apóstoles del evangelio, miembros activos de la Iglesia.